Las manifestaciones en Santa Cruz a favor de las autonomías, se han masificado. Hace un año, en el referéndum del 2 de julio de 2006, cuatro departamentos votaron por el Si a las autonomías departamentales: Pando, Beni, Tarija y Santa Cruz, declarando en forma vinculante a la Constituyente, su intención de adoptar gobiernos autónomos como una forma de respuesta ante el centralismo que hasta ahora ha gobernado el país. Desde ese entonces, mucha agua ha corrido bajo el puente, y esta demanda ha adquirido tintes políticos. De acuerdo al partido oficialista, tendría incluso intenciones separatistas, mientras que la dirigencia cruceña asegura que es un paso en favor de la integración y desarrollo de Bolivia. ¡OH! viajó hasta Santa Cruz para conocer los argumentos de los principales líderes cruceños que abogan por la autonomía y su alcance real dentro de Bolivia.
El Presidente del Comité Cívico Pro Santa Cruz, tiene un día ajetreado como pocos ya que está reuniendo las pruebas que refutan las acusaciones en su contra acerca de la apropiación indebida de tierras en Guarayos. Consultado al respecto, se limita a decir que de ello se ocuparán sus abogados. Marinkovic, hace un espacio en su agenda para recibirnos en su oficina.
¿Cuál es el beneficio concreto que traerán las autonomías para el conjunto del país?
El principal beneficio será que los recursos se van a administrar de cerca y va a ser mucho más fácil el control especialmente en educación y salud, donde en este momento controlar todo estando centralizado es muy difícil. Los beneficios se verán también en los lugares más alejados donde el control va a ser de la Prefectura a través de los gobiernos municipales.
¿Qué pasa en cuanto a los recursos de cada región?
Con la autonomía no se está pidiendo más recursos o que los recursos naturales sean nuestros, sino que los recursos que ya corresponden a la región ya sean impositivos o por las regalías directas de los hidrocarburos se manejen en la región, no desde La Paz, porque siempre hay más eficiencia administrativa local y conocimiento de los problemas. El ejemplo más claro está en los países más desarrollados que tienen un sistema federalista autonómico, acá son departamentos, allá son estados, pero los manejos internos los hacen ellos. Obviamente hay manejos que son del Estado, pero tiene que haber la capacidad de legislar internamente.
¿Cómo se aplicaría en la práctica?
Si nosotros decidimos que en Santa Cruz ha colapsado el tráfico, como ha sucedido, y la Alcaldía decide hacer un referéndum local y poner un impuesto local para conseguir obras, la población lo puede decidir. Ese tipo de medidas a través de la autonomía se pueden dar, pero con el centralismo no, ya que la Alcaldía tiene un presupuesto fijo que se le asigna. Lo mismo con el tema de la inseguridad ciudadana, si nosotros decidimos en un referéndum pagar un impuesto local sobre las casas por ejemplo o sobre el mismo IVA que estamos facturando y que una parte vaya para aumentar el presupuesto en la Policía, comprarles más autos, armas, etc.
¿Cuál es el modelo exterior que más se asemeja a las autonomías que ustedes plantean?
El que más se parecería es el español. España sale de ser uno de los países más pobres a partir del tratado de La Moncloa, donde se autorizan las autonomías y empieza a avanzar saliendo del sistema centralista y entrando a uno autonómico.
¿Quiénes fiscalizarían esos recursos y cómo se llevarían a cabo las elecciones?
Tenemos que hacer internamente una autonomía en la Contraloría para los temas departamentales. Tenemos las Cortes Departamentales Electorales y ellas pueden también hacer las fiscalizaciones. Para el país ha sido muy beneficiosa la elección de los prefectos que forma parte de la autonomía, donde ya no es una persona puesta a dedo por el Presidente, sino alguien a quien se le pueden exigir resultados. No se trata de que esté Evo Morales, Carlos Mesa o Goni Sánchez en el poder, es lo mismo. No quiero que ellos sean los que determinen quién va a ser la autoridad acá. Al igual que en su momento pedimos la elección de alcaldes y la autonomía municipal y todo el país se está beneficiando con ello.
¿Qué sucede en cuanto a las autonomías indígenas?
Nosotros las estamos considerando de la misma manera, pero si vamos a separar territorios en el país en estas autonomías indígenas como está propuesto en la Asamblea Constituyente, donde ellos van a ser los dueños de los recursos naturales, del suelo, subsuelo, etc., ¿Cómo manejamos un departamento? ¿Cómo manejamos el país? No le doy el ejemplo de Santa Cruz, le pongo el de La Paz, dirán “Acá tenemos autonomía aymara y nuestro territorio va a comprender incluso a la ciudad de La Paz, vamos a tener un gobernador para él y vamos a delimitar el territorio y seremos dueños de los recursos naturales”, ¿Qué hay de aquellos que no son indígenas y están en ese territorio?. Si se va a elegir por usos y costumbres como es la propuesta, se perdió la democracia en Bolivia, ¿Quién garantiza la democracia? ¿Qué pasa con alguien que vive en Guarayos donde probablemente el porcentaje indígena debe ser de un 10%? Todos aquellos mestizos, blancos o pelirrojos, como quiera llamarlos, van a quedar fuera de la democracia en esa región.
¿Caben las autonomías dentro del Estado plurinacional que propone el MAS?
No hay cabida. El Estado plurinacional reconoce la preexistencia colonial, donde el territorio boliviano, en el momento en que se reconoce ese Estado plurinacional, cambia. ¿Quién va a delimitar los territorios? ¿Quién va a decidir cuántas van a ser las naciones? Hay etnias que tienen 25 miembros, ¿Cómo va a funcionar eso? Vamos a volver inviable a Bolivia. Si en el país tomamos la decisión de que Bolivia va a ser basada en etnias, dejamos de considerar que un ciudadano es un voto. Si un guaraní viaja a La Paz, tendrá que manejarse bajo los derechos aymaras, es decir que vamos a dejar de existir como país, vamos a ser un conjunto de naciones que, según está hecha la propuesta, incluso van a tener el derecho de la autodeterminación.
El Gobierno parece temerle más a las autonomías que a la autodeterminación, ¿Cuáles son las diferencias?La autonomía en ningún momento dice que da el derecho a separarse, por el contrario, reconoce el Estado Central y los privilegios que tiene, un sólo Presidente de la República, unas Fuerzas Armadas, una Policía, ahí está la diferencia. En cambio el Estado plurinacional no reconoce esto, si no que bajo los usos y costumbres, puede determinar que las Fuerzas Armadas, la Policía o Impuestos Internos no entran a cierto territorio. Estamos abriendo la caja de Pandora donde cualquier bellaco puede decidir que, si en ese momento bajo los usos y costumbres fue elegido como jefe y es el único que decide, a los que vengan de otro lugar le va a pedir una visa o un pasaporte especial.
¿Y en cuanto a la hegemonía indígena como un cuarto poder?El 70% de los bolivianos son mestizos, incluyendo al propio Presidente, entonces, ¿Cómo vamos a tener un país supuestamente igualitario y ecuánime si estos señores ya tienen, por el sólo hecho de ser indígenas, el 50 o 40% del Congreso elegido según sus usos y costumbres y donde tienen el derecho a votar con doble voto en una elección? ¿Es decir que ellos valen dos y nosotros uno?
¡OH! ¿Y qué pasa con los departamentos menos favorecidos económicamente dentro de esa autonomía?Hay un fondo de compensación que está incluido en estas autonomías, donde los departamentos más pobres tienen derecho a este fondo. Pero estoy seguro de que en el futuro, Oruro por ejemplo va a ser el primero en decir que quiere autonomía, porque la autonomía no se trata de manejar los recursos naturales no renovables.
¡OH! ¿Y qué pasa con los departamentos menos favorecidos económicamente dentro de esa autonomía?Hay un fondo de compensación que está incluido en estas autonomías, donde los departamentos más pobres tienen derecho a este fondo. Pero estoy seguro de que en el futuro, Oruro por ejemplo va a ser el primero en decir que quiere autonomía, porque la autonomía no se trata de manejar los recursos naturales no renovables.
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